El Informe Anual de Seguridad 2024, en su quinta edición, reafirma su valor como herramienta para comprender la evolución del crimen en Bogotá, los avances institucionales y los retos persistentes. Aunque el gobierno distrital ha adoptado una estrategia integral con metas ambiciosas —como la reducción del homicidio y del hurto, y la mejora en la percepción de seguridad— la realidad impone desafíos que superan la capacidad de respuesta local. A pesar de logros importantes, como la disminución del hurto en varias modalidades y la desarticulación de cientos de estructuras criminales, delitos como la extorsión y la violencia contra la mujer se han intensificado, lo que evidencia una transformación de las amenazas urbanas y la necesidad de estrategias más efectivas, sostenidas y articuladas.
Sin embargo, Bogotá enfrenta esta complejidad con capacidades limitadas y sin el respaldo suficiente del Gobierno Nacional. La expansión de economías ilegales y el creciente flujo de armas y explosivos han fortalecido estructuras criminales que superan el alcance de la gestión distrital. Mientras la percepción ciudadana muestra una mejoría, persisten altos niveles de impunidad, desconfianza institucional y violencia cotidiana. Frente a este escenario, la respuesta debe ser conjunta: sin una política nacional clara, recursos adecuados y mayor coordinación con la ciudad, los esfuerzos locales seguirán siendo parciales.
En el 2024 hubo un aumento de los delitos en contra de la vida y la integridad personal, mientras que los delitos en contra de la propiedad disminuyeron. Un ambiente de seguridad deteriorado, el déficit de capacidades de la fuerza pública y el contexto nacional de un conflicto armado recrudecido y fortalecido permitieron los homicidios, la extorsión, los delitos sexuales y la violencia intrafamiliar aumentaran.