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Los principios de urbanismo del nuevo POT, el asunto espinoso de la propuesta

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ProBogotá Región realizó el foro “Hablemos del POT 2021: modelo de ciudad” en el que se planteó una discusión alrededor de los principios del urbanismo sobre la ciudad que queremos para los próximos 12 años. Las opiniones respecto a la propuesta que se debate en el Concejo de Bogotá están divididas.

El nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) será el instrumento urbanístico de Bogotá para los próximos 12 años y que se estudia en el Concejo de la capital en la actualidad, es motivo de profundos análisis en los que se exponen diferentes perspectivas alrededor de los diversos temas que plantea la propuesta. En esta ocasión, ProBogotá Región planteó un debate alrededor del modelo de ciudad que propone el POT, en el cual participaron la secretaria distrital de Hábitat, Nadya Rangel; la secretaria distrital de Planeación, María Mercedes Jaramillo; el miembro de la junta directiva de Camacol, Juan Camilo González; el presidente de la junta directiva de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), Rodrigo Carrizosa y el coordinador de Proyectos Urbanos de ProBogotá Región, Martin Anzellini; junto con la presidente, María Carolina Castillo.

Para empezar, la secretaria de Planeación, María Mercedes Jaramillo, afirmó que es un plan que consagra el sistema de cuidado integrado por la red de equipamientos, infraestructura y servicios públicos y que basa el ordenamiento en un modelo de movilidad sostenible. Jaramillo agregó que uno de los enfoques de este POT es reverdecer a Bogotá y mejorar el espacio público protegiendo el patrimonio arquitectónico, a sus habitantes y las dinámicas económicas existentes.

Además, aseguró que la propuesta da un impulso a las ciclorrutas, a tener mejor calidad de uso de los andenes y a institucionalizar una ciudad con enfoque de género toda vez que “las mujeres necesitamos vivir mejor y que mejor que poner en perspectiva un ordenamiento territorial que nos cuide”. Jaramillo advirtió, por un lado, que la ciudad necesita un sistema de movilidad que garantice mayor espacio para los modos sostenibles de movilidad y, por otro, que no se puede seguir depredando los suelos rurales. “Le estamos dando una dimensión mucho más importante a la capacidad de la ciudad de reciclarse a sí misma y de aprovechar las oportunidades que genera toda la infraestructura de transporte de alta y media capacidad”, afirmó.

Para ello, aseguró, la renovación no puede ser sinónimo de desplazamiento como ha ocurrido en ocasiones anteriores. Sin embargo, no todos están de acuerdo con que la renovación urbana sea la forma más idónea para garantizar la oferta de viviendas que requiere Bogotá, teniendo en cuenta la proyección de crecimiento de la ciudad.

El presidente de la junta directiva de la Sociedad Colombiana de Arquitectos de Bogotá y Cundinamarca, Rodrigo Carrizosa, manifestó que Bogotá ya es una ciudad densa, con más de 200 viviendas por hectárea y con un espacio público muy reducido. En ese contexto, considera que la renovación urbana no es la respuesta para suplir las necesidades de vivienda de la capital pues, a su consideración, estos proyectos son largos y poco efectivos. “Los planes parciales de renovación se toman más de10 años. Hay que tener en cuenta que a través de la renovación, no solucionamos los temas inherentes a la vivienda”, afirmó. Otro asunto al que se refirió Carrizosa es que, a su juicio, para una ciudad como Bogotá tener tres áreas de actividad (de Proximidad, Estructurante y de Grandes Servicios Metropolitanos) es insuficiente.

“La ciudad tiene multiplicidad de mezclas de usos del suelo que se evidencia en la complejidad y detalle de las Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ) actuales, así que es preocupante para la ciudad futura, tener estas pocas categorías que pueden volverse peligrosas al interior de los barrios. Sería recomendable recuperar las categorías de usos de las UPZ actuales”, indicó.

La secretaria de Hábitat, Nadya Rangel, se enfocó en la generación de vivienda y señaló que, si bien en Bogotá existe un déficit de vivienda nueva, la necesidad más alta que tiene la ciudad en esta materia es la calidad de vivienda de una gran cantidad de personas que viven en condiciones indignas. En ese sentido, afirmó que parte de la estrategia que plantea el POT es identificar el portafolio de soluciones habitacionales distintas. “Desde el POT hemos contemplado que no solamente la producción de vivienda nueva es la salida, tenemos que apuntar al mejoramiento de vivienda, a producción de vivienda a través del plan terrazas, a políticas de arrendamientos y a una movida al stock de vivienda usada. El 50 % de bogotanos vive en arriendo porque no todos pueden, ni quieren, ser propietarios y tenemos que generar condiciones para esas otras formas de tenencia”.

A propósito de la calidad de la vivienda, el miembro de la junta directiva de Camacol, Juan Camilo González, indicó que el principal reto de la asociación gremial gira en torno a la generación de vivienda de interés social y prioritario para que más familias puedan acceder a viviendas formales, con la ayuda de subsidios. Además, hizo énfasis en que, si bien el POT es un instrumento urbanístico, también debe contemplar estrategias para atender soluciones sociales y el desarrollo económico. En esa línea, considera que la población más vulnerable debe habitar los mejores espacios de la ciudad porque de esa forma pueden salir adelante.

“Las condiciones de habitabilidad asociadas a la ocupación informal del suelo es una trampa de pobreza, por eso las zonas consolidadas de la ciudad, en las cuales hay transporte público masivo, espacio público y en ellas hay trabajo son trampolines de prosperidad. Este POT le apuesta a la ciudad consolidada pero mi preocupación es si vamos a ser capaces de lograrlo. Tenemos que tener firmeza y pensar mucho en la equidad y en la vivienda social”, expresó. Finalmente y tras ahondar en las diferentes aristas del debate, la presidente de ProBogotá Región, María Carolina Castillo, manifestó que una de sus mayores preocupaciones tiene que ver con el crecimiento que está teniendo Bogotá, hace al menos una década, por fuera de su perímetro actual.

Para Castillo, este fenómeno está generando una presión y demanda en los municipios más próximos que no tienen la capacidad de generar los soportes urbanos para contener este aumento poblacional. En consecuencia, dijo, hay un deterioro en las condiciones de acceso a la salud, educación y movilidad en estos municipios. Para concluir el debate, la presidente de ProBogotá Región expresó que “al final, en un ejercicio de ponderación, tenemos que lograr consensuar una mirada de sociedad de ese desarrollo y lograr su tan anhelada materialización”.

 

A continuación puede ver el foro completo:

 

ProBogotá Región realizó el foro “Hablemos del POT 2021: modelo de ciudad” en el que se planteó una discusión alrededor de los principios del urbanismo sobre la ciudad que queremos para los próximos 12 años. Las opiniones respecto a la propuesta que se debate en el Concejo de Bogotá están divididas.

El nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) será el instrumento urbanístico de Bogotá para los próximos 12 años y que se estudia en el Concejo de la capital en la actualidad, es motivo de profundos análisis en los que se exponen diferentes perspectivas alrededor de los diversos temas que plantea la propuesta. En esta ocasión, ProBogotá Región planteó un debate alrededor del modelo de ciudad que propone el POT, en el cual participaron la secretaria distrital de Hábitat, Nadya Rangel; la secretaria distrital de Planeación, María Mercedes Jaramillo; el miembro de la junta directiva de Camacol, Juan Camilo González; el presidente de la junta directiva de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), Rodrigo Carrizosa y el coordinador de Proyectos Urbanos de ProBogotá Región, Martin Anzellini; junto con la presidente, María Carolina Castillo.

Para empezar, la secretaria de Planeación, María Mercedes Jaramillo, afirmó que es un plan que consagra el sistema de cuidado integrado por la red de equipamientos, infraestructura y servicios públicos y que basa el ordenamiento en un modelo de movilidad sostenible. Jaramillo agregó que uno de los enfoques de este POT es reverdecer a Bogotá y mejorar el espacio público protegiendo el patrimonio arquitectónico, a sus habitantes y las dinámicas económicas existentes.

Además, aseguró que la propuesta da un impulso a las ciclorrutas, a tener mejor calidad de uso de los andenes y a institucionalizar una ciudad con enfoque de género toda vez que “las mujeres necesitamos vivir mejor y que mejor que poner en perspectiva un ordenamiento territorial que nos cuide”. Jaramillo advirtió, por un lado, que la ciudad necesita un sistema de movilidad que garantice mayor espacio para los modos sostenibles de movilidad y, por otro, que no se puede seguir depredando los suelos rurales. “Le estamos dando una dimensión mucho más importante a la capacidad de la ciudad de reciclarse a sí misma y de aprovechar las oportunidades que genera toda la infraestructura de transporte de alta y media capacidad”, afirmó.

Para ello, aseguró, la renovación no puede ser sinónimo de desplazamiento como ha ocurrido en ocasiones anteriores. Sin embargo, no todos están de acuerdo con que la renovación urbana sea la forma más idónea para garantizar la oferta de viviendas que requiere Bogotá, teniendo en cuenta la proyección de crecimiento de la ciudad.

El presidente de la junta directiva de la Sociedad Colombiana de Arquitectos de Bogotá y Cundinamarca, Rodrigo Carrizosa, manifestó que Bogotá ya es una ciudad densa, con más de 200 viviendas por hectárea y con un espacio público muy reducido. En ese contexto, considera que la renovación urbana no es la respuesta para suplir las necesidades de vivienda de la capital pues, a su consideración, estos proyectos son largos y poco efectivos. “Los planes parciales de renovación se toman más de10 años. Hay que tener en cuenta que a través de la renovación, no solucionamos los temas inherentes a la vivienda”, afirmó. Otro asunto al que se refirió Carrizosa es que, a su juicio, para una ciudad como Bogotá tener tres áreas de actividad (de Proximidad, Estructurante y de Grandes Servicios Metropolitanos) es insuficiente.

“La ciudad tiene multiplicidad de mezclas de usos del suelo que se evidencia en la complejidad y detalle de las Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ) actuales, así que es preocupante para la ciudad futura, tener estas pocas categorías que pueden volverse peligrosas al interior de los barrios. Sería recomendable recuperar las categorías de usos de las UPZ actuales”, indicó.

La secretaria de Hábitat, Nadya Rangel, se enfocó en la generación de vivienda y señaló que, si bien en Bogotá existe un déficit de vivienda nueva, la necesidad más alta que tiene la ciudad en esta materia es la calidad de vivienda de una gran cantidad de personas que viven en condiciones indignas. En ese sentido, afirmó que parte de la estrategia que plantea el POT es identificar el portafolio de soluciones habitacionales distintas. “Desde el POT hemos contemplado que no solamente la producción de vivienda nueva es la salida, tenemos que apuntar al mejoramiento de vivienda, a producción de vivienda a través del plan terrazas, a políticas de arrendamientos y a una movida al stock de vivienda usada. El 50 % de bogotanos vive en arriendo porque no todos pueden, ni quieren, ser propietarios y tenemos que generar condiciones para esas otras formas de tenencia”.

A propósito de la calidad de la vivienda, el miembro de la junta directiva de Camacol, Juan Camilo González, indicó que el principal reto de la asociación gremial gira en torno a la generación de vivienda de interés social y prioritario para que más familias puedan acceder a viviendas formales, con la ayuda de subsidios. Además, hizo énfasis en que, si bien el POT es un instrumento urbanístico, también debe contemplar estrategias para atender soluciones sociales y el desarrollo económico. En esa línea, considera que la población más vulnerable debe habitar los mejores espacios de la ciudad porque de esa forma pueden salir adelante.

“Las condiciones de habitabilidad asociadas a la ocupación informal del suelo es una trampa de pobreza, por eso las zonas consolidadas de la ciudad, en las cuales hay transporte público masivo, espacio público y en ellas hay trabajo son trampolines de prosperidad. Este POT le apuesta a la ciudad consolidada pero mi preocupación es si vamos a ser capaces de lograrlo. Tenemos que tener firmeza y pensar mucho en la equidad y en la vivienda social”, expresó. Finalmente y tras ahondar en las diferentes aristas del debate, la presidente de ProBogotá Región, María Carolina Castillo, manifestó que una de sus mayores preocupaciones tiene que ver con el crecimiento que está teniendo Bogotá, hace al menos una década, por fuera de su perímetro actual.

Para Castillo, este fenómeno está generando una presión y demanda en los municipios más próximos que no tienen la capacidad de generar los soportes urbanos para contener este aumento poblacional. En consecuencia, dijo, hay un deterioro en las condiciones de acceso a la salud, educación y movilidad en estos municipios. Para concluir el debate, la presidente de ProBogotá Región expresó que “al final, en un ejercicio de ponderación, tenemos que lograr consensuar una mirada de sociedad de ese desarrollo y lograr su tan anhelada materialización”.

 

A continuación puede ver el foro completo:

 

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