Leyes escritas y aprobadas en ejercicio de la democracia definen la acción institucional de protección de derechos, garantía de seguridad y mantenimiento del orden. Subordinarlas a intereses politiqueros las subjetiviza, asegurando el fin del imperio de la Ley.
l 9 de septiembre de 2020 el uso excesivo de la fuerza en un procedimiento policial causó la muerte a Javier Ordoñez en el CAI Villa Luz, desencadenando un estallido de violencia en la ciudad. Confirmación de un clima social deteriorado por una oposición política que prometió en agosto de 2018 encender las calles y una pandemia implacable.
En 2021, a los doce meses del asesinato de Ordóñez una nueva jornada de destrucción de infraestructura de seguridad, transporte y violencia contra ciudadanos ocurrió en la ciudad. De la misma forma, el pasado 9 de septiembre de 2022 regresaron las acciones violentas con ataques contra infraestructura de seguridad, civiles inermes, gestores de convivencia y autoridades policiales. Los CAI de Santa Librada y Brasilia fueron destruidos. Este último ya había sido arrasado en la “celebración” del año anterior.
De esta forma, la ciudad ajusta un cuatrienio de vandalismo y violencia en fechas conocidas por todos, sin lograr aún desarrollar una postura de anticipación y negación efectiva, en lo que parece un espíritu fulgurante de “dejar hacer, dejar pasar”.
Un espíritu que inmoviliza a líderes civiles y policiales de la seguridad, atrapados entre una legitimidad destrozada y dudas crecientes sobre roles y funciones, a medida que sus líderes convierten las leyes en letanías subjetivas.
Aunque este 9 de septiembre la violencia y destrucción disminuyeron durante la “celebración”, ciudadanos y medios incrementan sus preguntas sobre las razones que explican la aparición cíclica de jornadas de destrucción y violencia, la incapacidad de prevención institucional y la que parece es una aversión institucional para garantizar derechos, seguridad y estabilidad.
Los ataques en Santa Librada y Brasilia dan luces sobre el presente y futuro de inestabilidad en la ciudad, así como las dificultades para revertir esa condición.