Suba, la localidad más extensa del Bogotá, fue el escenario de un nuevo encuentro entre la comunidad y ProBogotá Región. Escuchamos a Bogotá llegó hasta el salón comunal del barrio El Pórtico donde líderes comunitarios y representantes de distintos sectores que convive en la localidad, expresaron sus principales necesidades respecto a la situación de seguridad y reactivación económica que atraviesan. Uno de los aspectos más especiales que tuvo esta reunión con la comunidad fue la diversidad entre quienes acudieron al evento.
“Advertimos un auditorio muy interesante en Suba. Vemos a personas con iniciativas, emprendimientos y empresarios que propenden una mejor ciudad. Además, de una diversidad enorme: ciclistas pensando en su entorno, comerciantes, artistas, la mirada del migrante y también desde la perspectiva de género. Nosotros lo que buscamos es servir de catalizadores de sus propuestas y elevarlas de forma sistemática para presentarlas a los candidatos a la Presidencia y al Congreso, así como a la Alcaldía y al Concejo de Bogotá”, explicó la presidente de ProBogotá María Carolina Castillo.
Seguridad
La inseguridad es la preocupación más grande de quienes habitan en Suba y ven la problemática desde diferentes perspectivas. Uno de los líderes comunitarios que participó, señaló que, si bien han tratado de hacer un acercamiento con la Policía y esta estrategia dio resultados favorables para la resolución de algunos conflictos, los uniformados con quienes logran establecer vínculos de confianza son trasladados y el esfuerzo se pierde. Por otro lado, Johana Gómez, quien pertenece a un gremio de ciclistas de la localidad, expresó que para ella la seguridad es sentir la tranquilidad de moverse por cualquier lugar y eso es precisamente lo que no siente.
“Hablar de seguridad no es solo hablar de que nos roban con arma blanca o con revólver, la corrupción también es delincuencia. La solución no es mandar más gente a la cárcel porque un preso nos cuesta dos millones de pesos al mes que es más que lo que se gana el trabajador promedio del país, entonces ser delincuente en este país paga”, dijo. En ese mismo sentido, Fabián Munar, del colectivo SUBAse a la Bici, advirtió que es necesario avanzar en el tema de la responsabilidad de quien compra artículos robados pues, a su juicio, esta práctica se ha normalizado como un acto de viveza.
Munar considera que la ley debería ser más fuerte frente a este tipo de actos y, por ello, cree que no basta solamente con quitarle el elemento a quien lo compró sino que esta persona también debería responder por multas e indemnizaciones que generen escarmiento social. Otro habitante de Suba que también intervino fue Roque Díaz quien llamó a la reflexión señalando que los migrantes están siendo víctimas de una estigmatización generalizada que afecta, incluso, a quienes hacen las cosas bien. “La delincuencia no tiene pasaporte, ni nacionalidad, el que es delincuente delinque en cualquier país”, afirmó.
Por su parte, el mayor de la Policía, William Téllez, quien presta su servicio en la localidad, manifestó que la institución atiende todas las necesidades de la comunidad y que, pese a que no estaban preparados para un estallido social como el que se viene presentando en los últimos años y que ha tenido gran despliegue en Suba, ahora más que nunca necesitan del apoyo y la unión de la comunidad. “Nuestra razón de ser es nuestra comunidad y lo que queremos es que participen en todas las actividades que estamos implementando para prevenir los hechos delictivos como, por ejemplo, alarmas comunitarias y canales de comunicación constante y directos entre todos nosotros”, aseguró.
Reactivación económica
Por el lado de la reactivación económica, aunque los habitantes de la localidad de Suba reconocen que se han destinado recursos para este fin y desde la administración distrital se realizan convocatorias para impulsar a los pequeños y medianos empresarios, la realidad es que en localidad más grande de Bogotá, dichos recursos no son suficientes y, muchos emprendedores no logran cumplir con todos los requisitos que exigen los “extensos y engorrosos” trámites para acceder a beneficios y/o subsidios.
“Los comerciantes nos sentimos muy olvidados porque las alcaldías locales nunca nos han preguntado cómo estamos, si necesitamos algo, cómo nos está yendo, es como si no existiéramos. Queremos que la Alcaldía nos visite, nos integre y nos tenga en cuenta”, propuso uno de los comerciantes del barrio El Pórtico quien, además, reiteró que la inseguridad que asecha la localidad afecta de manera grave, no solo a quienes viven en el sector, sino a quienes tratan de sacar sus negocios adelante.
Finalmente, una habitante del sector, migrante venezolana, narró que, aunque es abogada de profesión, en Bogotá ha encontrado la posibilidad de emprender con un negocio de comidas que, a la fecha, le ha permitido desarrollar sus habilidades gastronómicas y sostenerse económicamente. Sin embargo, aunque su negocio cuenta con registro en Cámara y Comercio y toda la reglamentación legal y sus papeles como migrante están en regla, las entidades bancarias no le han permitido tener vida crediticia y “un emprendedor sin producto financiero no puede crecer de una manera estable”.