● El crecimiento de la ciudad se ubica por debajo del promedio y continúa la contracción en el comercio internacional.
● A pesar de la caída en el consumo, la disminución en la inflación y el aumento en la confianza de los hogares son buenas señales para la economía de la ciudad.
Probogotá Región presentó el documento “Bogotá en cifras, boletín del segundo trimestre de 2023”, en el que analiza el comportamiento de los principales indicadores de la economía de Bogotá. Estos son los datos más relevantes.
Mercado laboral
El crecimiento económico de la ciudad fue de 3,1 %, lo que significó una caída por debajo de su promedio histórico (3,6 %). Esto se evidenció en el mercado laboral, donde el ritmo de mejoramiento de las condiciones de ocupación y desempleo se desaceleró en comparación con el 2022.
El ritmo del mejoramiento del empleo es mucho menor que hace un año cuando las tasas de crecimiento de la economía oscilaban en torno al 10 %. Hoy la magnitud en la caída del desempleo y el incremento en la ocupación es menor que hace un año.
Para Probogotá “la clara asociación entre crecimiento económico y empleo permite proyectar que, de continuar la desaceleración del PIB, el segundo semestre del año será difícil para el mercado laboral bogotano, ya que no se tendrá el mismo impulso para mantener el ritmo de generación de empleo”.
El panorama de desaceleración genera más preocupación, porque el mercado laboral solo cuenta con la capacidad de emplear formalmente a 2 millones 670 mil (41 %) de las 6 millones 495 mil personas en edad de trabajar.
Desempeño por sectores
El crecimiento económico de Bogotá durante el primer trimestre de 2023 se explica por el sector terciario, principalmente por dos actividades puntuales: las financieras y las artísticas y de entretenimiento (aporte del 73 % al crecimiento de la ciudad).
Pese a lo anterior, estas actividades no son grandes generadores de empleo en la ciudad. Entre las dos sustentan el 11 % de los empleos de Bogotá e inclusive, como es el caso de los servicios financieros, presentan contracciones frente al año 2022.
A pesar del crecimiento significativo de la producción de las actividades artísticas, todavía el número de empleados del sector es menor al registrado antes de la pandemia.
Actividades intensivas en capital humano como el comercio y la industria manufacturera (38 % del empleo de la ciudad) presentaron contracciones en su valor agregado, situación que no sucedía desde el 2020.
Las cifras más críticas son las del sector de la construcción que tuvo una contracción de 2 % y, a la vez, perdió 14 mil empleos durante el periodo analizado.
En su informe trimestral Probogotá asegura que “la desaceleración se presentó tanto en el subsector de edificaciones residenciales (-0,2%) como el de obras civiles (-4,5 %). Se resalta que este último rubro hace un año presentaba niveles de crecimiento del orden de 47 %, impulsado por los proyectos de infraestructura de movilidad que la ciudad emprendió en el 2022”. El frenazo del sector también se evidencia en el número de metros cuadrados licenciados para edificaciones en la ciudad, que desde enero viene disminuyendo significativamente, de manera especial con destino a viviendas.
“Esta situación se explica, en parte, por las modificaciones en la política nacional de subsidios a la vivienda que disminuyeron el número de desembolsos. Por otra parte, las condiciones del nuevo POT dificultan el licenciamiento de proyectos nuevos, lo que agrava aún más la situación del sector”, explica el documento.
Brechas laborales de los jóvenes
A corte de mayo, la tasa de desempleo de los jóvenes fue de 15,9 %, 5,1 p.p. superior a la tasa general de la ciudad.
Probogotá señala con preocupación que hoy la brecha en ocupación de los jóvenes es muy similar a la de hace un año ( 1,4 p.p. de diferencia), resaltando las dificultades para aumentar su inclusión laboral. Es fundamental que en un contexto de desaceleración económica se promuevan políticas contra-cíclicas que prioricen la generación de empleo joven.
Consumo de los hogares
El boletín RADDAR para el mes de mayo señaló que el gasto real de los hogares es 2,6 % menor que hace un año, pero mayor al presentado en el primer trimestre del año (2,3 %).
A corto plazo hay señales de optimismo para el consumo capitalino, evidenciado en la posibilidad de que la inflación haya tocado techo en el primer trimestre del año y en el aumento de la confianza de los hogares.
Además, el Índice de confianza del consumidor (ICC) de Fedesarrollo reportó un aumento. En junio fue de – 12,9, mientras que en mayo fue de – 19,5. A pesar de esto, los hogares tienen peores niveles de confianza que los registrados en el 2022.
Para ampliar la información o entrevistas puede comunicarse con Adriana Vivas, 3105544142 o Camila Navarro Rivera, 3222327859.